Debes llorar todo ese dolor, llorar la tristeza, llorar las tragedias, llorarlo todo. Llorar todo el dolor, sacarlo, porque ocupa un lugar de la alegría, del amor. Cuando lloras no solo lloras el dolor, también lloras el odio, el resentimiento, la frustración, te vacías de todo eso.
Cuando lloras riegas, y tal vez algo florezca. Porque cada lágrima trae una enseñanza, cada lágrima es una parte de ti que muere, cada lagrima es algo de ti que quiere renacer. Y una vez que lo hayas llorado todo, toda la tristeza, la soledad, comprenderás que las cosas simplemente son como son, y no por eso han de ser malas.
Las cosas son como son, bellas, duras, inexplicables, complicadas. Hay de todo en la vida, obstáculos, alegría, sin sabores; llora mucho, pero luego ríe, porque eso hacen las esperanzas, lloran todo lo que esperan pero ríen sabiendo lo que vendrá.
William Shakespeare decía: Siempre me siento feliz, ¿sabes por qué? Porque no espero nada de nadie, esperar siempre duele. Los problemas no son eternos, siempre tienen solución, lo único que no se resuelve es la muerte. La vida es corta, por eso ámala, se feliz y siempre sonríe, solo vive intensamente y recuerda: antes de hablar, escucha; antes de escribir, piensa; antes de herir, siente; antes de odiar, ama; antes de rendirte, intenta; antes de morir, vive.
28 de noviembre de 2010
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Lindo post!! Un beso
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