Uno tiene el derecho y la obligación de intervenir cuando considera que algo esta mal. Intervenir o dejar hacer dos opciones diferentes, con consecuencias diferentes, si no intervenís tenes que aceptar que todo sigue igual pero si decís intervenir tenes que aceptar las consecuencias.
Si pero no, debería hacer algo si, pero no me animo, debería cambiar algo si, pero no puedo, pero llega un momento en el que uno entiende que hay que intervenir. Intervenir para romper con la inercia, intervenir para que algo cambie, intervenir para perder el miedo. Intervenir es decidir, es poner un dique y desviar el río, es cambiar el curso de las cosas. Intervenir es un antes y un después, una ves que lo hiciste no sos el de antes, por que tu intervención por pequeña que sea puede mover montañas. Intervenir para salir del punto muerto, tirarse de cabeza, navegar en nuevas aguas, desconocidas, menos seguras pero distintas .Por que para que ocurra algo diferente hay que hacer algo diferente.
No da lo mismo hablar que callar, no da lo mismo decidirse que dudar, no da lo mismo actuar que acatar.
No da lo mismo rebelarse que bajar la cabeza.
No da lo mismo jugarse que vivir con miedo.
No da lo mismo unirse que estar aislados.
No da lo mismo meterse que no meterse.
No da lo mismo luchar que dejarse vencer.
No da lo mismo intervenir que dejar hacer.
William Shakespeare decía: Siempre me siento feliz, ¿sabes por qué? Porque no espero nada de nadie, esperar siempre duele. Los problemas no son eternos, siempre tienen solución, lo único que no se resuelve es la muerte. La vida es corta, por eso ámala, se feliz y siempre sonríe, solo vive intensamente y recuerda: antes de hablar, escucha; antes de escribir, piensa; antes de herir, siente; antes de odiar, ama; antes de rendirte, intenta; antes de morir, vive.
13 de noviembre de 2010
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