2 de noviembre de 2010

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Amor se llama el juego

Hace demasiados meses que mis payasadas no provocan tus ganas de reír. No es que ya no me intereses pero el tiempo de los besos y el sudor es la hora de dormir. Duele verte removiendo la cajita de cenizas que el placer tras de sí dejo. Mal y tarde estoy cumpliendo la palabra que te dí cuando juré escribirte una canción. Un dios triste y envidioso nos castigó por trepar juntos al árbol y atracarnos con la flor de la pasión, por probar aquel sabor. El agua apaga el fuego y al ardor los años, amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño. Y cada vez peor y cada vez mas rotos, y cada vez mas tú, y cada vez mas yo sin rastro de nosotros. Ni inocentes ni culpables corazones que destroza el temporal, carnes de cañón. No soy yo, ni tú, ni nadie, son los dedos miserables que le dan cuerda a mi reloj. Y no hay lágrimas que valgan para volver a meternos en el coche donde aquella noche en pleno carnaval te empecé a desnudar. El agua apaga el fuego y al ardor los años, amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño. Y cada vez peor y cada vez mas rotos, y cada vez mas tú, y cada vez mas yo sin rastro de nosotros.


(Amor se llama el juego - Joaquín Sabina)

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