26 de noviembre de 2010

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No alcanza mirar para ver, hay que sentir.

Que mis ojos se llenen de las altas montañas, de las noches brillantes, del sol de las mañanas. Que mis ojos intenten bucear en las aguas libres del universo, las estrellas aladas. Que mis ojos se envuelvan buscándome el alma desde afuera hacia adentro y me cambien la mirada. Que mis ojos se miren en los ojos del triste, del soberbio, del duro, con perdón y esperanza. Que mis ojos se cierren una noche estrellada con los sueños cumplidos, y me duerman las hadas.

¿Mirar es lo mismo que ver? ¿Poder mirar es lo mismo que poder ver? No ver los ojos tristes, no poder ver el gris de una tarde de lluvia. Poder mirar es ir de frente. Poder ver lo que todos los demás ven. Ver lo que todos los demás no ven. Si se puede mirar sin ver entonces, ¿qué es la ceguera? Cuando sentís lo que el otro siente no necesitás ver. ¿Como poder ver una cara triste y no sentirse tristes? ¿Como poder ver unas lágrimas sin llorar?

Vemos todo lo que miramos para no ver lo importante. Uno ve con los ojos, pero también se puede ver con las manos, con la nariz, con los oídos. Para no ver hay que desconectarse, aislarse. Todos solos, no ven, no escuchan, no huelen. "

"Lo esencial es invisible a los ojos” es mucho pero mucho más que una frase hecha. No hay peor ciego que el que no quiere ver. Sentir con el otro lo que el otro siente, eso nos hace más buenos, eso nos hace amar y ser amados. Y sin eso estamos solos, porque ver al otro es un acto fisiológico, pero mirar al otro es un acto de amor. No alcanza mirar para ver, ni ver para sentir… porque no sentir es la verdadera ceguera.

2 comentarios:

  1. Tienes toda la razón, y a más de uno le vendría bien plantearselo. ;)

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  2. muchísimas gracias por tu comentario, que me ha traído hasta aquí 8) un texto maravilloso!!! me encanta, y te sigo 8) muy buen fin de semana, de ojos, manos y sonrisas abiertas :)

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© 2010 Melisa Andrea Tenaglia. Todos los derechos reservados.