2 de diciembre de 2010

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Soñar con lo imposible.

La esperanza se conserva con paciencia sabiendo que todo llega, en su momento. La esperanza se conserva con fe, fe en uno mismo y en la vida. La esperanza se conserva con templanza, saber esperar, con tranquilidad. La esperanza se conserva usando la razón por sobre todas las pasiones. La esperanza se conserva con ilusión y con fe, con mucha fe en que la vida te va a tirar ese centro que tanto necesitamos para meter el gol.

La esperanza no es soñar con lo posible, sino con lo imposible. El que tiene esperanza corre el riesgo de que eso que espera nunca llegue. Yo quiero lo que quiero y no paro hasta lograrlo. Y si no logro mala suerte, el no ya lo tengo. ¿Ahora si lo logro? ¿Si lo logro qué? 

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